HUMAN NATURE

Tuesday, February 10, 2009

Equilibrio precario

Esto debí postearlo en diciembre de 2008, pero tenía rabia, estaba desilusionada y tal vez eso podría haber desvirtuado el quid del asunto. No era la idea.
El año pasado un estudio reveló que una de las carreras con más alta rotación laboral es periodismo (era qué no!). No hay que ser muy hábil para leer entre líneas mi acuerdo con la estadística, porque desde que empecé a trabajar ya titulada -octubre de 2006- me he cambiado cuatro veces de trabajo. La última fue a la fuerza.
Y es que los periodistas estamos un poco condenados a ser infieles, laboralmente hablando, porque los sueldos de mercado son malos, el exceso de profesionales desocupados dispuestos a trabajar por menos que tú juega en contra del ejercicio con un sueldo digno. Sonó un poco gremialista, pero qué le voy a hacer, es lo que pienso. Hace tres años partí ganando $200 mil mensuales. Broma pensarán algunos, pero así estaba el mercado, y eso que no había crisis de por medio.
La infidelidad se presenta cuando una empieza a cachar que con sueldos como ese no puedes pedir un crédito hipotecario y con suerte te puedes resfriar, porque periodista es sinónimo de boleta de honorarios. Todo mal.
Pero cuado uno menos lo espera las oportunidades se presentan, aparece la disyuntiva de jugarse el todo por el todo o seguir ahí quizás hasta cuándo. ¿Vale la pena correr el riesgo si luego las cosas pueden ser mejores?. Siempre.
En junio del año pasado me ofrecieron un excelente trabajo, un proyecto a largo plazo, que me daba nuevas y grandes oportunidades, que para mi mamá era “consolidación profesional”, pero que para mi fue un período de gran crecimiento y desarrollo .
Lamentablemente, no resultó: me echaron por primera vez. Dolió. Tuve mucha rabia porque el problema no fuimos nosotras ni el proyecto, pero bueno. Y es que a veces las cosas no resultan. Era parte del riesgo que tomé al cambiarme de trabajo. Obvio que uno no piensa que cosas como ésta sucederán.
Hay gente que no sabe perder y eso sí que es grave. Cuando las cosas no resultan hay que tomarlo con altura de miras, sin quedarse pegado en lo que pudo ser y no fue.
Ahora estoy en re-invention mode (parafraseando a mi ídola). Lo bueno es que esta vez afortunadamente no parto desde cero, tengo experiencia, soy más grande, etc. Ya me repuse, busqué nuevas oportunidades, aplicando cada día lo que bauticé como “plug & play”, mi filosofía de vida: hacer el trabajo lo mejor posible en el área en que me toque trabajar.
Es cierto que cuando una se queda sin trabajo todos te dicen que eres una gran profesional, inteligente, que no te costará reinsertarte, pero la verdad es que eso no sirve de mucho. Sí el apoyo moral, sobre todo cuando viene de parte de la gente importante, pero las frases clichés agotan, y harto.
Lo bueno es que el trabajo llegó a mi y vuelvo a las lides nuevamente bipolar laboralmente.
Todo esto me hizo recordar a la Cantu, gran profesora de la U y maestra de la vida, que siempre nos hablaba que el ser humano buscaba constantemente el equilibrio, pero que nadie se da cuenta de lo precario que es, porque ante cualquier cosa se pierde el centro y hay que volver a buscarlo. Y así sucesivamente.