HUMAN NATURE

Monday, March 27, 2006

¿WIDESCREEN o FULLSCREEN? This is the question

Cuando Jacqueline Mouesca, la historiadora que se ha dedicado a estudiar el desarrollo del cine nacional, me dijo –en el marco de una entrevista- “El cine, más que cualquier otro arte es un negocio”. Le encontré absolutamente toda la razón. Por eso me sorprendió que el debutante Pablo Larraín haya dicho a Wikén que “No hicimos una película pensando exclusivamente en la taquilla” refiriéndose a “Fuga”, su ópera prima.
¿De qué estamos hablando si la película costó un millón de dólares? ¿Cuál es el afán de querer bajarle el perfil al elemento comercial propio del séptimo arte?. Me imagino que cuando los directores trabajan con esa cantidad de dinero de presupuesto, hacen proyecciones de cuánta gente necesitan que vean su obra para recuperar la inversión ¿o no?.
Pero ese doble standard en que insisten algunos directores perturba, molesta. Repito ¿De qué estamos hablando? de que Benjamín Vicuña es el protagonista de “Fuga” por casualidad o por el nivel de arrastre que tiene entre las féminas. ¿Acaso no existe otro actor que pueda personificar a Eliseo Montalbán, un compositor atormentado?. O más bien esto se trata de un revival de los ’80, donde los directores ahorraban y se endeudaban hasta los huesos para hacer la película de su vida y terminaban contando historias incomprensibles –o demasiado personales tal vez- y que pasaban a formar parte de las videotecas de sus padres, abuelos y amigos. Pero los filmes se hacen para que el público las vea. Recién ahí termina el quehacer cinematográfico.

Pero no, acá algunos directores –realizadores insisten en este doble standard donde hablar del cine como “negocio” sigue pareciendo un insulto. ¿Para qué hacer películas entonces? para financiar los próximos proyectos (se supone), porque Fondart e Ibermedia no alcanzan para todos. Usan elementos del marketing y merchandising para vender su producto (el estreno de turno), pero si se les compara con otra actividad industrial se les paran los pelos.
El 2005 se estrenaron 15 películas premios y elogios para “En la cama”, de Matías Bize y “Play”, de Alicia Scherson, pero pobres resultados de taquilla en general. Y eso que a fines de 2004 y gracias al exitaso de “Sexo con amor” y su millón de espectadores durante nueve meses de exhibición nuevamente se hablaba del surgimiento de una incipiente y anhelada industria. Se promulgó la Ley, pero toda industria es un negocio y para que el cine chileno deje de comprarse con una montaña rusa lo más urgente es asumir en forma sensata el elemento comercial.
En fin. Aunque no todo es tan nefasto porque hay directores – realizadores que afortunadamente sí tienen la película clara como Nicolás López (“Promedio Rojo”) y Jorge Olguín (“Ángel Negro”, “Sangre Eterna”).

De todas formas, mucha suerte a Pablo Larraín con su ópera prima (que confieso tengo muchas ganas de ver).

PD: Para aquellos vinculados al trabajo cinematográfico que hayan quedado con inquietudes sobre este post, se recomienda “El film y su espectador”, del autor Francesco Casetti, como lectura complementaria, jeje.

* Jacqueline Mouesca ha escrito los siguientes libros relacionados con el cine chileno.
- “Plano Secuencia de la Memoria de Chile, veinticinco años de cine chileno”
- “El Cine en Chile. Crónica en tres tiempos”
- “Cine y Memoria del Siglo XX”
- “El Documental Chileno”

Sunday, March 19, 2006

No smoking

Por esas casualidades del destino llegué la semana pasada desde Uruguay, un país donde desde el 1 de marzo del presente comenzó a regir su propia ley antitabaco, una norma que prohíbe fumar en TODOS los ambientes públicos abiertos o cerrados. En otras palabras, los fumadores sólo pueden dar rienda suelta a su vicio en la calle –llámese vereda, acera- o en su defecto dentro de su casa o habitación de hotel. Buscando con paciencia se puede encontrar algún restaurant o bar que tenga terraza para poder encender un cigarrillo. Pero lo más curioso es que nadie reclama, salvo los turistas afectados, pero igual terminan fumando en la vía pública o se abstienen.
Suena lindo para quienes detestan el olor a tabaco o se sienten invadidos por los “viciosos”, pero hay otros que dejamos de fumar como hábito diario (los llamados fumadores sociales) que extrañamos olfateralo.
Bueno, pero volviendo a la realidad nacional, me parece muy ingenuo de parte de los creadores de la ley ese apartado que indica que no se pueden vender cigarrillos a menos de 100 metros de los establecimientos educacionales. Seguramente para aquellos escolares fumadores será una lata caminar para conseguir un pucho, pero lo harán. De eso estoy segura. Además, conociendo el ingenio del compatriota, el comercio negro pertimirá que los adolescentes no se cansen tanto para obtener el ansiado cilindro nicoticoso y habrá alguien ofreciéndoselos en bandeja o en forma más disimulada dentro de una chaqueta.
Creo que si Chile ha demostrado ser incapaz de desarrollar una buena educación sexual para adolescentes, por ejemplo, qué garantiza que esta ley reducirá los índices de adicción al cigarro. O sea, todo fumador sabe o tiene alguna remota idea de que, en el futuro, puede verse afectado por un cáncer pulmonar. Entonces ¿para qué obligar a alguien que ya tiene capacidad de entender lo que le hace bien o mal a dejar el cigarrillo?.
Pero nuestros legisladores se jactan diciendo que será una de las leyes más estrictas en la materia en el mundo. Yo me pregunto, ¿será que en los otros países fueron más realistas y por eso no se la jugaron con algo tan restrictivo?.Está bien respetar a los fumadores pasivos tratando de brindarles, dentro de lo posible, un ambiente libre de contaminación, pero tampoco es la idea promulgar una ley que a la larga tendrá que ser modificada porque resulta impracticable, porque las tabacaleras son unos monstruos que dominan el mercado del cigarrillo y porque las inversiones que deberán hacer los recintos públicos para separar entre fumadores y no fumadores es demasiado alta y optarán por atender solamente a uno de los dos, porque ambos son incompatibles dada la ley. Veamos quién gana esta batalla.